Guardianas de la memoria

A mi bisabuela Presenta le quitaron la casa y se la dieron al terrateniente que denunció a mi bisabuelo. Era un noble al que mi bisabuelo, que era el alcalde republicano, había evitado que lo mataran durante la guerra. De hecho, en la losa que había sobre la fosa común, la familia puso “Le fue arrebatada la vida porque molestaba a alguien”. Mi bisabuela tenía cincuenta años cuando lo fusilaron y ya vivió para siempre de luto y con penurias económicas debido a la multa que le impuso el régimen de 600 pesetas, una fortuna para la época. 

Yo me entero de todo esto porque conozco, por casualidad, al sobrino de ese terrateniente. Él cuenta que en el pueblo evitaron que lincharan a su tío porque era muy apreciado. Cuando llego a casa y se lo digo a mi abuela de 90 años, ella se indigna y es ahí cuando me cuenta toda la historia del abuelo. Eso fue hace veinte años, hasta entonces vivía en la desmemoria.  

Cuando nos entreguen sus restos ya exhumados, los llevaremos a Villatoya, que es donde está su mujer y varios de sus hijos. Este proceso nos ha costado mucho tiempo y dinero, pero es que no se merece estar en una fosa con cientos de fusilados más. Esto es algo que no debería de haber pasado nunca y espero que no quede en el olvido. Que se sepa que aquí un día hubo una fosa común.